No perdáis, pues, vuestra confianza,
que tiene grande galardón;
porque os es necesaria la paciencia,
para que habiendo hecho la voluntad de Dios,
obtengáis la promesa.
Porque aún un poquito,
Y el que ha de venir vendrá, y no tardará.
Mas el justo vivirá por fe;
Y si retrocediere, no agradará a mi alma.
Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición,
sino de los que tienen fe para preservación del alma.
Hebreos 10: 35 al 39
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