martes, 4 de diciembre de 2007

La Puerta Abierta


" Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre "


Apocalipsis 3: 8

viernes, 30 de noviembre de 2007

¿Porqué buscáis entre los muertos al que vive?


¿Porqué buscáis entre los muestros al que vive?,

¡No está aquí, ha resucitado!


San Lucas 24:5 y 6

jueves, 22 de noviembre de 2007

Vamos... ¡levántate!


¡Levántate y come, porque largo camino te resta!

1ª Reyes 19:7

viernes, 16 de noviembre de 2007

La gloria de Sion


Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.
Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista Su gloria.
Isaías 60:1-2

jueves, 8 de noviembre de 2007

CANTOS DE GUERRA


Quisiera compartir una palabra que me dio el Señor hace unos días… Me habló acerca de un arma poderosa que tenemos en medio de las batallas… El enemigo se levanta, pero es nuestra decisión vestirnos con Su armadura y salir a pelear, como dice en Efesios 6:11 -> “Vestíos de toda armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”. No será con nuestras fuerzas, será con el espíritu, y Dios mandará Sus ángeles para que peleen con nosotros.
¡Cantos de guerra! ¡Cantos de guerra! (me decía El Señor). Le pregunté que significaba esto y me dijo: Cantos de guerra… ¿qué soldado se atreve a cantar en medio de una batalla? Aquél soldado herido, ya cansado de pelear, ¿se atreve a cantar? Sólo canta y sólo alaba aquél que AMA, ¡aquél que ME AMA! Al que no le importa estar en medio de una guerra porque sólo anhela estar en Mi presencia… Al que no mira con sus ojos si está herido, si está cansado, si ya no tiene más fuerzas: sino que canta… Canta sin importarle lo que el enemigo dirá o hará, sólo lo hace por amor! No lo analiza, no lo piensa…. Sale una melodía desde lo más profundo de su corazón que llega como olor fragante al Trono. ¿Qué le impide a un soldado cantar? ¿Acaso utiliza su boca para guerrear? No. Solamente usa sus manos y sus pies: en una mano lleva la espada, en la otra el escudo, y con sus pies corre. ¡No utiliza su boca! Entonces, ¿porqué aún hay soldados que todavía no cantan, que todavía no Me alaban? ¿Qué les impide hacerlo? ¿Qué se los está impidiendo?... ¡Cantos de guerra! El soldado que canta en medio de una batalla hace que sus enemigos piensen que están locos!: ¿Porqué cantan éstos en medio de una batalla? (piensan)… ¿¡qué les está sucediendo!? ¿¡Porqué cantan!?... y de la confusión huyen!! Huyen!! No es una estrategia humana, es en el Espíritu.
Dios nos ha dado un arma poderosa para la batalla: la Adoración. Pero no una adoración analizada, forzada. No una adoración pensando que es una estrategia para vencer a nuestros enemigos. ¡No! Sino una adoración genuina, aquella que sale de nuestro corazón. Sin importar las circunstancias, sin importar cuanto ya hemos peleado, si estamos heridos o no, si nos hemos caído más veces de la que nos hemos levantado. Eso no importa. Es una adoración verdadera. Una adoración para Él. Uno cuando adora, lo hace por lo que Él es: por Su hermosura, por Su bondad, por Su amor… No lo hace por lo que Él nos puede dar… Adora sin condiciones…
En 2º Crónicas capítulo 20 habla cuando los amonitas se levantaron en contra de Josafat. Por eso, Josafat y los de Judá se reunieron para pedir socorro a Jehová, y Jehová respondió:
“No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra sino de Dios” (2 Crónicas 20: 15).
“Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz” (2 Crónicas 20: 19).
“Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque Su misericordia es para siempre. Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las embocadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron os unos a los otros. (2 Crónicas 20: 21 y 22).
“Y luego que vino Jehová a la torre del desierto, miraron hacia la multitud, y he aquí yacían ellos en tierra muertos, pues ninguno había escapado.” (2 Crónicas 20: 24).
Josafat y Judá alabaron en medio de la guerra al nombre de Jehová de los Ejércitos, y sus enemigos se mataron entre ellos…
Cantos de guerra: ¿qué te impide cantar en medio de una batalla?

Dios te bendiga... Lucía

viernes, 26 de octubre de 2007

Jehova es mi luz y mi salvación


Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
Jehová es la fortaleza de mi vida;
¿de quién he de atemorizarme?.
Cuando se juntaron contra mí los malignos,
mis angustiadores y mis enemigos,
para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
Aunque un ejército acampe contra mí,
no temerá mi corazón;
aunque contra mí se levante guerra,
yo estaré confiado.
Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré;
que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,
para contemplar la hermosura de Jehová,
y para inquirir en su templo.
Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal;
me ocultará en lo reservado de su morada;
sobre una roca me pondrá en alto.
Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean,
y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo;
cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.
Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo;
ten misericordia de mí, y respóndeme.
Mi corazón ha dicho de ti: buscad mi rostro.
Tu rostro buscaré, oh Jehová; no escondas tu rostro de mí.
No apartes con ira a tu siervo; mi ayuda has sido.
No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.
Aunque mi padre y mi madre me dejaran,
con todo, Jehová me recogerá.
Enséñame, oh Jehová, tu camino,
y guíame por senda de rectitud a causa de mis enemigos.
No me entregues a la voluntad de mis enemigos;
porque se han levantado contra mí testigos falsos,
y los que respiran crueldad.
Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré
la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes.
Aguarda a Jehová;
esfuérzate, y aliéntese tu corazón;
sí, espera a Jehová.
Salmos 27






miércoles, 17 de octubre de 2007

Salmo 91


El que habita al abrigo del Altísimo

Morará bajo la sombra del Omnipotente.

Diré yo a Jehová: Tú eres mi refugio,

mi fortaleza;

el Dios en quien confio.

El te librará del lazo del cazador,

De la peste destructora.

Con sus plumas te cubrirá,

Y debajo de sus alas estarás seguro;

Su verdad será tu escudo y tu baluarte!.

No temerás el terror de la noche,

Ni flecha que vuele de día,

Ni pestilencia que ande en oscuridad,

Ni mortandad que en medio del día destruya.

Caerán mil a tu izquierda,

Y diez mil a tu derecha;

pero a ti no te afectará.

Ciertamente con tus ojos mirarás

a los impios recibir su merecido.

Porque has puesto a Jehová, por tu refugio,

Al Altísimo por tu protección,

No te sobrevendrá mal,

Ni plaga tocará tu hogar.

Porque El ordenará que sus ángeles

te cuiden en todos tus caminos.

En las manos te llevarán,

Para que tu pie no tropiece con piedra alguna.

Aplastarás al león y a la víbora;

¡Hollarás fieras y serpientes!.

Dice el Señor :

"Por cuanto en mí ha puesto su amor,

yo también lo libraré;

Le pondré en alto,

porque reconoce mi nombre.

Me invocará, y yo le responderé;

Con él estaré en momentos de angustia;

Lo libraré y le llenaré de honores.

Lo colmaré con muchos años de vida,

Y le haré gozar de mi salvación".

martes, 2 de octubre de 2007

Torre fuerte...

" Torre fuerte es el nombre
de Jehová;
a Él correrá el justo,
y será levantado. "
Proverbios 18:10

domingo, 30 de septiembre de 2007

Oración de Habacuc


" Aunque la higuera no florezca,
ni en las vides haya frutos,
aunque falte el producto del olivo,
y los labrados no den mantenimiento,
y las ovejas sean quitadas de la majada,
y no haya vacas en los corrales;
con todo, yo me alegraré en Jehová,
y me gozaré en el Dios de mi salvación.
Jehová el Señor es mi fortaleza,
el cual hace mis pies como de ciervas,
y en mis alturas me hace andar."
Habacuc 3:17 - 19

El justo florecerá...

" El Justo florecerá como la palmera;
crecerá como cedro en el Líbano.
Plantados en la casa de Jehová,
en los atrios de nuestro Dios florecerán.
Aún en la vejez fructificarán;
estarán vigorosos y verdes."
Salmos 92: 12 - 14

viernes, 21 de septiembre de 2007

¡¡ Felíz Primavera !!


" Daré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos;
pondré en la soledad cipreses, pinos
y bojes juntamente ".
Isaías 41:19

Hoy todo comienza a florecer...
Dios los bendiga!!
Lucy

jueves, 20 de septiembre de 2007

Yo vengo pronto...


He aquí, Yo vengo pronto.

Retén lo que tienes,

para que ninguno

tome tu corona.

Apocalipsis 3:11

A la medianoche...


Y a la medianoche se oyó un clamor:

¡Aquí viene el esposo;

salid a recibirle!

Mateo 25:6

sábado, 1 de septiembre de 2007

Salmo 18


Yo te amo, Señor, mi fuerza,
Señor, mi Roca, mi fortaleza y mi libertador,
mi Dios, el peñasco en que me refugio,
mi escudo, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoqué al Señor, que es digno de alabanza
y quedé a salvo de mis enemigos.
Las olas de la Muerte me envolvieron,
me aterraron los torrentes devastadores,
me cercaron los lazos del Abismo,
las redes de la Muerte llegaron hasta mí.
Pero en mi angustia invoqué al Señor,
grité a mi Dios pidiendo auxilio,
y él escuchó mi voz desde su Templo,
mi grito llegó hasta sus oídos.
Entonces tembló y se tambaleó la tierra;
vacilaron los fundamentos de las montañas,
y se conmovieron a causa de su furor;
de su nariz se alzó una humareda,
de su boca, un fuego abrasador,
y arrojaba carbones encendidos.
El Señor inclinó el cielo, y descendió
con un espeso nubarrón bajo sus pies;
montó en el Querubín y emprendió vuelo,
planeando sobre las alas del viento.
Se envolvió en un manto de tinieblas;
un oscuro aguacero y espesas nubes
lo cubrían como un toldo;
las nubes se deshicieron en granizo y centellas
al fulgor de su presencia.
El Señor tronaba desde el cielo,
el Altísimo hacía oír su voz;
arrojó sus flechas y los dispersó,
multiplicó sus rayos y sembró la confusión.
Al proferir tus amenazas, Señor,
al soplar el vendaval de tu ira,
aparecieron los cauces del mar
y quedaron a la vista los cimientos.
Él tendió su mano desde lo alto y me tomó,
me sacó de las aguas caudalosas;
me libró de mi enemigo poderoso,
de adversarios más fuertes que yo.
Ellos me enfrentaron en un día nefasto,
pero el Señor fue mi apoyo:
me sacó a un lugar espacioso,
me libró, porque me ama.
El Señor me recompensó por mi justicia,
me retribuyó por la inocencia de mis manos:
porque seguí fielmente los caminos del Señor,
y no me aparté de mi Dios, haciendo el mal;
porque tengo presente todas sus decisiones
y nunca me alejé de sus preceptos.
Tuve ante él una conducta irreprochable
y me esforcé por no ofenderlo.
El Señor me premió, porque yo era justo
y mis manos eran inocentes a sus ojos.
Tú eres bondadoso con los buenos
y eres íntegro con el hombre intachable;
eres sincero con los que son sinceros
y te muestras astuto con los falsos.
Porque tú salvas al pueblo oprimido
y humillas los ojos altaneros;
tú eres mi lámpara, Señor:
Dios mío, tu iluminas mis tinieblas.
Contigo puedo asaltar una muralla;
con mi Dios, puedo escalar cualquier muralla.
El camino de Dios es perfecto,
la promesa del Señor es digna de confianza.
El Señor es un escudo para los que se refugian en él,
porque ¿quién es Dios fuera del Señor?,
¿y quién es la Roca fuera de nuestro Dios?
Él es el Dios que me ciñe de valor
y hace intachable mi camino;
el que me da la rapidez de un ciervo
y me afianza en las alturas;
el que adiestra mis manos para la guerra
y mis brazos para tender el arco de bronce.
Me entregaste tu escudo victorioso
y tu mano derecha me sostuvo;
me engrandeciste con tu triunfo,
me hiciste dar largos pasos,
y no se doblaron mis tobillos.
Perseguí y alcancé a mis enemigos,
no me volví hasta que fueron aniquilados;
los derroté y no pudieron rehacerse,
quedaron abatidos bajo mis pies.
Tú me ceñiste de valor para la lucha,
doblegaste ante mí a mis agresores;
pusiste en fuga a mis enemigos,
y yo exterminé a mis adversarios.
Imploraron, pero nadie los salvó;
gritaban al Señor, pero no les respondía.
Los deshice como polvo barrido por el viento,
los pisé como el barro de las calles.
Tú me libraste de un ejército incontable
y me pusiste al frente de naciones:
pueblos extraños son mis vasallos.
Gente extranjera me rinde pleitesía;
apenas me oyen nombrar, me prestan obediencia.
Los extranjeros palidecen ante mí
y, temblando, abandonan sus refugios.
¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca!
¡Glorificado sea el Dios de mi salvación,
el Dios que venga mis agravios
y pone a los pueblos a mis pies!
Tú me liberas de mis enemigos,
me haces triunfar de mis agresores
y me libras del hombre violento.
Por eso te alabaré entre las naciones
cantaré, Señor, en honor de tu Nombre.
Él concede grandes victorias a su rey
y trata con fidelidad a su Ungido,
a David y a su descendencia para siempre.

domingo, 26 de agosto de 2007

Te amaré por siempre: la promesa de Dios en la cruz


Por Max Lukado


A menudo la gente me pregunta cómo se pronuncia mi apellido; si Lu-key-do o Lu-ka-do. Aunque oficialmente la pronunciación es Lu-key-do, no hay problema con Lu-ka-do.
(Sin embargo, es posible que estemos equivocados, porque cuando Billy Graham vino a San Antonio, se refirió a mí como Max Lu-ka-do. Y supongo que si Billy Graham dice Lu-ka-do, es porque tiene que ser Lu-ka-do.)
Confusiones sobre los nombres han creado momentos embarazosos. Algo así ocurrió cuando visité a uno de los miembros de la iglesia en su oficina. Una de sus colegas me reconoció. Nos había visitado en la iglesia y había leído algunos de mis libros. «¡Max Lu-ka-do!» exclamó. «Había estado esperando el momento de reunirme con usted».
Habría sido feo corregirla aun antes de conocernos de modo que solo sonreí y le dije hola, creyendo que ahí se terminaría todo. Pero era apenas el comienzo. Quería que conociera a algunos amigos suyos; así es que me llevó hasta donde estaban. Y con cada presentación, venía una mala pronunciación. «Sally, te presento a Max Lu-ka-do». «Joe, te presento a Max Lu-ka-do». «Bob, te presento a Max Lu-ka-do». «Tom, te presento a Max Lu-kado». Yo sonrío y aparento que todo está bien, incapaz de hacer algo para corregirla. Aparte de eso, después de media docena de veces, ya no había forma de corregirla. Hacerlo habría sido demasiado complicado, de modo que mantuve la boca cerrada.
Pero entonces, las cosas cambiaron. Finalmente, nos encontramos con un empleado que le salió al paso. «Me alegro de tenerle por acá» nos dijo mientras entrábamos a su oficina. «Mi esposa y yo estuvimos en el culto el domingo, y salimos tratando de saber cómo se pronuncia su nombre. ¿Es Lu-key-do o Lu-ka-do?»
Me sentí atrapado. Si decía la verdad, ella se vería en un aprieto. Si mentía, él no recibiría la información correcta. Había que ser misericordioso con ella. Había que ser preciso con él. Quería ser amable con ella y sincero con él pero ¿cómo ser ambas cosas al mismo tiempo? No podía. De modo que mentí. Por primera vez en mi vida, dije: «Lu-ka-do, mi nombre se pronuncia Lu-ka-do».
Que me perdonen mis antepasados.
Pero ese momento no dejó de tener su valor. La situación permite vislumbrar algo del carácter de Dios. En una escala infinitamente mayor, Dios se enfrenta con la humanidad de la misma manera que yo me enfrenté con aquella dama. ¿Cómo puede ser justo y amable a la misma vez? ¿Cómo puede ser veraz y misericordioso al mismo tiempo? ¿Cómo puede redimir al pecador sin endosar el pecado?
¿Puede un Dios santo pasar por alto nuestras faltas?
¿Puede un Dios amable castigar nuestras faltas?
Desde nuestra perspectiva, hay solo dos soluciones igualmente inapelables. Pero desde su perspectiva, hay una tercera. Esta se llama «la Cruz de Cristo».
La cruz. ¿Puedes dirigir la mirada a cualquiera parte sin ver una? Encaramada en lo alto de una capilla. Esculpida en una lápida en el cementerio. Tallada en un anillo o suspendida de una cadena. La cruz es el símbolo universal del Cristianismo. Extraña decisión, ¿no crees? Extraño que un instrumento de tortura llegara a representar un movimiento de esperanza. Los símbolos de otras religiones son más optimistas: la estrella de seis puntas de David, la luna en cuarto creciente del Islam, una flor de loto del Budismo. ¿Pero una cruz para el Cristianismo? ¿Un instrumento de ejecución?
¿Te pondrías una pequeña silla eléctrica en el cuello? ¿Suspenderías una horca de oro plateado en la muralla? ¿Imprimirías una foto de un pelotón de fusilamiento en una tarjeta de negocios? Pero eso es lo que nosotros hacemos con la cruz. Muchos incluso hacen la señal de la cruz cuando oran. ¿Por qué no hacer la señal de la guillotina? En lugar de la señal triangular que la gente se hace en la frente y en el pecho, ¿por qué no un golpe de karate en la palma de la mano? ¿No vendría a ser lo mismo?
¿Por qué es la cruz el símbolo de nuestra fe? Para hallar la respuesta no hay que ir más allá de la misma cruz. Su diseño no podría ser más sencillo. Un madero horizontal y el otro vertical. Uno mirando hacia fuera, como el amor de Dios. El otro hacia arriba, como lo hace la santidad de Dios. Uno representa la anchura de su amor; el otro refleja la altura de su santidad. La cruz es la intersección. La cruz es donde Dios perdonó a sus hijos sin rebajar sus estándares.
¿Cómo pudo hacer tal cosa? En una frase: Dios puso nuestros pecados sobre su Hijo y los castigó allí.
«Dios puso lo malo sobre quien nunca hizo lo malo para que así nosotros pudiéramos aparecer como justos ante Dios» ( 2 Corintios 5.21 ).
O como se traduce en alguna parte: «¡Cristo nunca pecó! Pero Dios lo trató como a un pecador, para que así Cristo pudiera hacernos aceptables a Dios».
Visualiza el momento. Dios en su trono. Tú en la tierra. Y entre tú y Dios, suspendido entre tú y el cielo está Cristo sobre su cruz. Tus pecados han sido puestos sobre Jesús. Dios, que castiga el pecado, libera su justa ira sobre tus faltas. Jesús recibe el estallido. Como Cristo está entre tú y Dios, no estás tú. El pecado es castigado, pero tú estás a salvo, a salvo a la sombra de la cruz.
Esto es lo que hizo Dios, ¿pero por qué? ¿Por qué lo hizo? ¿Cuestión moral? ¿Obligación celestial? ¿Exigencia paternal? No. Dios no tiene que hacer nada.
Pero, pensemos en lo que hizo. Dio a su Hijo. Su único Hijo. ¿Harías tú tal cosa? ¿Ofrecerías la vida de tu hijo por la de alguna otra persona? Yo no. Hay algunos por los cuales yo daría mi vida. Pero pídeme que haga una lista de personas por las cuales mataría a mi hija, y el papel se quedaría en blanco. No necesitaría un bolígrafo. La lista no tendría nombres.
Pero la lista de Dios contiene los nombres de cada persona que ha vivido . Porque tal es el alcance de su amor. Y esta es la razón de ser de la cruz. Él ama al mundo.
«Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito» ( Juan 3.16 ).
Tan cierto como que el destello central proclama la santidad de Dios, el destello de la cruz proclama su amor. Y, oh, qué gran alcance tiene su amor.
¿No te alegra que los siguientes versículos no digan:
«Porque de tal manera amó Dios a los ricos…»?
O, «Porque de tal manera amó Dios a los famosos…»?
O, «Porque de tal manera amó Dios a los delgados…»?
Pero no dice así. Ni tampoco dice: «Porque de tal manera amó a los europeos o a los africanos…» «el sobrio o el triunfador…» «el joven o el viejo…»
No, cuando leemos Juan 3.16 , sencilla y felizmente leemos, «Porque de tal manera amó Dios al mundo».
¿Cuán ancho es el amor de Dios? Suficientemente ancho como para cubrir todo el mundo. ¿Estás tú incluido en el mundo? Si lo estás, entonces estás incluido en el amor de Dios.
Qué bueno es estar incluidos. Pero no siempre es así. Las universidades te excluyen si no eres lo suficientemente inteligente. El mundo de los negocios te excluye si no estás lo suficientemente calificado y, lamentablemente, algunas iglesias te excluyen si no eres lo suficientemente bueno.
Pero aunque estas instancias te puedan excluir, Cristo te incluye. Cuando se le pidió que describiera la anchura de su amor, Él extendió una mano a la derecha y la otra a la izquierda y se las clavaron estando en esa posición para que tú pudieras saber que Él murió amándote.
¿Pero no tiene esto un límite? Seguramente el amor de Dios tiene que tener un fin. ¿No te parece? Pero David el adúltero nunca lo encontró. Pablo el asesino nunca lo encontró. Pedro el mentiroso nunca lo encontró. En sus respectivas experiencias, ellos llegaron a tocar fondo. Pero en cuanto al amor de Dios, nunca ocurrió tal cosa.
Ellos, como tú, encontraron sus nombres en la lista de amor de Dios. Y sin duda puedes estar seguro que Aquel que los puso allí sabe cómo pronunciarlos.

domingo, 19 de agosto de 2007

Dios nos ama sin condiciones


Este es el testimonio de una señora que amaba mucho a Dios, pero a pesar de que conocía los versículos donde Dios habla de su amor, no podía entender que realmente sea así y que Dios la amara conociendo sus pensamientos mas íntimos y sus errores.
Pasaron lo años y tuvo un hijo que nació con retraso mental. Ella lo quería mucho pero por su condición lo tuvieron que llevar a una institución para que lo cuidarán mejor.
Lo veían cada quince o cada fin de semana
y esto es lo que escribe ella:
" Nunca dudé por un momento que Jesús amaba a ese niño profundamente retardado, lo que no podía entender, lo que yo no podía aceptar, era que Jesús me amara a mí, la madre de Mason.
Yo creía que para que una persona me aceptara, me amara, tendría que cumplir con ella. Mi criterio para obtener amor estaba basado en mi comprotamiento.
De hecho no permitía que nadie me viera cuando no me comportaba perfectamente. Yo no tenía amigos cercanos porque estaba convencida de que si una persona me conociera verdaderamente, no le resultaría agradabe "
En una de esos días que su hijo Mason se quedó con ellos en su casa, era el tiempo para partir y llevarlo a la insitución.
Ese momento no fue como los demás.
Ella sentía tristeza porque llevaría a su hijo a la institución, es por eso que le dijo:
" Mason te amo, te amo!!. Si sólo pudieras entender cuánto te amo. Si sólo pudieras decirme: te quiero mamá, necesito eso, Mason, solo eso "
Vuelve a escribir:
" Me puse de pie frente al lavadero nuevamente. Mas platos, mas lavado, mas lágrimas y pensamientos extraños a mi forma de pensar comenzaron a filtrarse en mi conciencia. Creo que Dios me habló ese día y esto es lo que dijo:
" Anabel, tú no miras a tu hijo y te volteas
con disgusto porque él tiene comida sobre su camisa o porque él está sentado en un pañal maloliente y sucio cuando él ya debería poder cuidarse a sí mismo.
Anabel, tú no rechazas a Mason porque todos los sueños que tú tenías para él han sido destruidos. Tú no lo rechazas porque él no se comporta perfectamente. Tú lo amas, simplemente porque es tuyo.
Mason no rechaza tu amor voluntariamente, pero tú rechazas el mío voluntariamente. Yo te amo, no porque tú seas organizada o atractiva o porque hagas las cosas bien, o porque te comportas perfectamente para mí, sino porque tú eres mía "
Dios no espera que le agrademos para que Él nos ame: sino que nos ama porque somos suyos...simplemente por eso...


Elogio a la mujer virtuosa


Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepuja largamente a la de piedras preciosas.
El corazón de su marido está en ella confiado, y no tendrá necesidad de despojo.
Darále ella bien y no mal, todos los días de su vida.
Buscó lana y lino, y con voluntad labró de sus manos.
Fué como navío de mercader: trae su pan de lejos.
Levantóse aun de noche, y dió comida a su familia, y ración a sus criadas.
Consideró la heredad, y compróla; y plantó viña del fruto de sus manos.
Ciñó sus lomos de fortaleza, y esforzó sus brazos.
Gustó que era buena su granjería: su candela no se apagó de noche.
Aplicó sus manos al huso, y sus manos tomaron la rueca.
Alargó su mano al pobre, Y extendió sus manos al menesteroso.
No tendrá temor de la nieve por su familia, porque toda su familia está vestida de ropas dobles.
Ella se hizo tapices; de lino fino y púrpura es su vestido.
Conocido es su marido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
Hizo telas, y vendió; y dió cintas al mercader.
Fortaleza y honor son su vestidura; y en el día postrero reirá.
Abrió su boca con sabiduría: y la ley de clemencia está en su lengua.
Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde.
Levantáronse sus hijos, y llamáronla bienaventurada; y su marido también la alabó.
Muchas mujeres hicieron el bien; mas tú sobrepasas a todas.
Engañosa es la gracia, y vana la hermosura: la mujer que teme á Jehová, ésa será alabada.
Dadle el fruto de sus manos, y alábenla en las puertas sus hechos.

Provervios 31:10 - 31




Huellas sobre la arena



Una noche en sueños vi
que con Jesús caminaba
junto a la orilla del mar
bajo la luna plateada.

Soñé que veía en los cielos
mi vida representada
en una serie de escenas
que en silencio contemplaba.
Dos pares de firmes huellas
en la arena iban quedando
mientras con Jesús andaba,
como amigos, conversando.

Miraba atento esas huellas
reflejadas en el cielo,
pero algo extraño observé,
y sentí gran desconsuelo.
Observé que algunas veces,
al reparar en las huellas,
en vez de ver los dos pares
veía solo un par de ellas.

Y observaba también yo
que aquel solo par de huellas
se advertía mayoramente
en mis noches sin estrellas,
en las horas de mi vida
llenas de angustia y tristeza
cuando el alma necesita
más consuelo y fortaleza.

Pregunté triste a Jesús:
“Señor, ¿Tú no has prometido
que en mis horas de aflicción
siempre andarías conmigo?
pero noto con tristeza
que en medio de mis querellas,
cuando más siento el sufrir,
veo un solo par de huellas.

¿Dónde están las otras dos
que indican Tu compañía
cuando la tormenta azota
sin piedad la vida mía?”

Y Jesús me contestó
con ternura y compasión:

“Escucha bien, hijo mío,
comprendo tu confusión.
Siempre te amé y te amaré,
y en tus horas de dolor
siempre a tu lado estaré
para mostrarte Mi amor.

Más si ves sólo dos huellas
en la arena al caminar,
y no ves las otras dos
que se debieran notar,
es que en tu hora afligida,
cuando flaquean tus pasos,
no hay huellas de tus pisadas
porque te llevo en Mis brazos.









viernes, 17 de agosto de 2007

Ha pasado el invierno...


Mi amado habló y me dijo:

Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven.

Porque he aquí ha pasado el invierno,

se ha mudado, la lluvia se fue;

se han mostrado las flores en la tierra,

el tiempo de la canción ha venido,

y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola.

La higuera ha hechado sus higos,

y las vides en cierne dieron olor;

Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven.

Cantar de los Cantares 2: 10 - 13

Porque con alegría saldréis...


" Porque con alegría saldréis,

y con paz seréis vueltos;

los montes y los collados levantarán canción

delante de vosotros,

y todos los árboles del campo,

darán palmadas de aplauso."


Isaías 55:12

Pueden pasar los dias...

“ Pueden pasar los días, los meses, los años.
Él trabaja para los que en Él confían.
Todas las palabras que Dios dijo se cumplieron,
y así será en tu vida!.
Tal vez no lo estés viendo ahora, pero no lo necesitas ver,
sino creer, porque Él lo hará.
Él está probando tu corazón, forjando tu carácter,
para que disfrutes de la plenitud de la bendición.”

La clave es creerle a Dios




Se que todos estamos pasando por dificultades, por pruebas que quizás pensemos que son imposibles de superar. Eso nos lleva a debilitarnos y opacar nuestra confianza en nuestro Señor. Pero te digo algo: Dios es el Dios de los imposibles, el Todopoderoso, y nunca te va a dar una prueba que seas incapaz de superar...porque es un Dios de amor, Dios de misericordia... y si te la dio es para que crezcas en ella...Él te ama y dio Su vida por vos, ¿acaso no es ese el mayor poder y amor que manifestó?. Jamás te va a fallar, solo hay que creerle... ¿Qué te atreverías a intentar hacer si sabes que tu Dios de los imposibles esta a tu lado?. ¿Acaso es necesario ver para creer?...¡No!. Y si, estamos en medio de tribulaciones, en medio de una batalla. Imagina esa situación: vos, vestido de soldado, en medio de un campo de guerra y en frente tuyo un tremendo ejercito con armas que quiere venir en contra de tu vida para destruirte...pero...¡¡para!!, falta alguien ahí...mira, ¡¡mira!!, ¿lo ves? ¡si!, está ahí: Dios mismo, ¡¡tu Señor!! ese mismo que RESUSITÓ DE LA MUERTE, ese mismo que hizo caminar a un paralítico, ese que le dio vista a un ciego, ese que sanó a un leproso, que le dio voz a un mudo y seguiría nombrando tantos milagros pero no terminaría. El esta frente tuyo con todos sus ángeles peleando la batalla por vos...¡¡no estas solo!!...así que no decaigas, mantente firme, constante, levántate en el nombre de Jesús y comenzá a marchar. Pensá que la victoria ya esta en tu vida, ¡amen!. Solo te queda confiar en Aquel que pelea por vos...ya no pienses en tu problema, no te preocupes mas...sincerate con el Señor y entrégaselo a El. ¿Sabes? Vos con tus fuerzas no podes lograr nada, pero Dios es El que da fuerzas al cansado y se las multiplica al que no tiene ninguna. Descansá en El y esperá pacientemente. El Señor escudriña tu corazón y quiere lo mejor para vos porque TE AMA...no dejes que el enemigo te confunda porque lo va a querer hacer, y es ahí en donde vos tomas la decisión: si le das lugar o no....Toma autoridad y buscá la presencia de Dios, porque es ahí cuando Dios se levanta y sus enemigos huyen disparados ya que no pueden resistir ni un segundo estar frente al Todopoderoso. No limites tu mente, atrevete a ensanchar el sitio de tu tienda...animáte a creerle a Dios. Si resucitó muertos, ¿porque no va a poder solucionar tus problemas?. ¿Acaso existe algo imposible para Dios?, ¡¡no!! Él es Dios de lo imposible...¡¡¡atrevete a creerle!!! poné tu fe en acción porque ya sabemos que la fe es la certeza de lo que esperamos y la convicción de lo que no vemos, pero también hay algo para tener en cuenta: la fe es acción... dejalo que obre como El quiera y cuando El quiera, no importa el tiempo...pero te preguntarás: ¿y mientras tanto?: mientras tanto Dios quiere un corazón sincero, dispuesto a alabarle en medio de la tormenta, a pesar de que las cosas no sucedan como vos querés...solo descansá en Él y actuá declarando victoria en tu vida!!!: es ahí cuando tu fe se hace acción...Ahora me pregunto: ¿Te atreverías a hacerlo?...

Bienaventurados los que no vieron, y creyeron.

Mateo 20:29

Dios te bendiga... Lucía

Cuando no veas nada... marcha!!


Dí a los hijos de Israel que marchen… (Éxodo 14:15)

Notemos esta situación: el pueblo de Israel siendo perseguido por los egipcios, temeroso. Moisés: confiado en Dios. Los egipcios: dispuestos a perturbar y destruir al pueblo de Dios. Incertidumbre: ¿y ahora?, ¿qué haremos?, ¿avanzamos? ¡No!, ¡mejor no!, “tenemos miedo de nuestros enemigos que nos siguen” (piensan). Pero Moisés actuó y dijo:
“No temáis, estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que habéis visto, nunca mas para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.” (Éxodo 14:13 y 14)
¿Prestaron atención?, Moisés, en otras palabras, le dice al pueblo: no teman!, pueden perseguirnos los egipcios y confundirnos, pero Dios está de nuestro lado!! Dejemos nuestros malos pensamientos a un costado, no hace falta entender lo que sucederá, sino creer en la salvación de Jehová. Solo crean!! Dios no nos pide que le cuestionemos cómo lo va a hacer. Él se encarga de eso. Nosotros debemos seguir, y punto. Él nos acompañará en nuestro camino. Hay que ser valientes. Avancemos y no nos quedemos!! Porque los egipcios vienen detrás nuestro dispuestos a confundirnos, enfrentarnos, y matarnos; pero la mano de nuestro Dios está por sobre todas las cosas y estaremos cubiertos en sus alas.
Un cambio de actitud: eso es lo que nos demanda el Señor. El pueblo necesitó esas palabras: palabras de confianza.
Ya no luches más con tus fuerzas: te quedarás en el medio del camino. Batalla con tu Dios: Él va enfrente tuyo como poderoso escudero.
“Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿porqué clamas a mí?, dí a los hijos de Israel que marchen” (Éxodo 14:15).
Ahí está el secreto: MARCHEN. Puedo imaginar ese momento en que Dios le dice a Moisés: - “Moisés…, Moisés… ¡decile al pueblo que marche! ¡Que avance!, ¡no hay tiempo que perder!. Están siendo perseguidos por los egipcios, pero no serán confundidos. Angustiados, pero no desesperados. Abatidos, pero no derribados. Mi mano está con ustedes. Conozcan que Yo soy Dios y no hay otro fuera de Mí. ¡Sólo créanme! No quieran entender como lo haré: Yo los pruebo en la obediencia “…
“Y tú Moisés alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por el mar, en seco. Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los sigan, y Yo me glorificaré en faraón, en sus carros y en su gente a caballo. (Éxodo 14: 16 al 18)
Todavía el mar estaba cerrado. Aún en el lejano horizonte se podía ver la quietud de ese inmenso mar. Se podía escuchar el silencio de las olas, sentir el miedo del pueblo de Dios: ese miedo que te hace sentir como que el “estómago se te subiera a la garganta”, ese miedo por el cual te quebrás en llanto: pero sin embargo Dios dijo: marchen. Por solo un instante el pueblo pensó: ¿marchar?, ¿pero que nos pides Señor?, nuestros enemigos nos persiguen con sus carros y toda su caballería. Nos quieren matar! ¿Y Tú nos pides que marchemos? El mar está cerrado, ¡¡¡es imposible!!!... Pero ahí es cuando nos prueba Dios: en comenzar a caminar sin haber visto nada. Dar el primer paso cuando el mar aún está cerrado. Saber que Dios lo abrirá. Confiar. Dejar todo en sus manos. Todo. No guiarnos por lo que vemos. Tampoco por las circunstancias, ya que son sólo eso: circunstancias. Humillarse. Alabar a Dios. Sincerarnos con Él. Gozarnos por lo que aún no vemos. Acordate: no seremos confundidos. Estamos en el hueco de la mano de Dios… Somos sus hijos. Él es nuestro maestro y nos ama. Sus ángeles caminan con nosotros y Él pelea por nosotros.
Dice el Señor:
“No tengas miedo ni te desanimes, porque yo, tu Señor y Dios, estaré contigo dondequiera que vayas.” (Josué 1:9).
Ya no te lamentes más. Caminá y avanzá con fe, con gozo. Dios conoce tu corazón y está atento a todo lo que sentís y pensás. Entregate en sus manos y sé valiente. Hacé como hizo el pueblo de Israel: caminá sin mirar a los egipcios y cuando cruces el Mar Rojo y pases del otro lado te darás cuenta que los egipcios ya no están más y tus pies estarán secos.

Que Dios te bendiga …

Lucía

Testimonio

En el momento mas oscuro de la noche viene el amanecer

“Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista Su Gloria “
Isaías 60:2

En el momento más oscuro de la noche viene el amanecer. Ése, en el cual parecería que ni el resplandor de las estrellas ilumina el horizonte. Ése, en el cual la luna parecería esconderse. Donde las nubes lo cubren todo. Donde la oscuridad habla por si sola. Donde todo se apaga. Todo.
Ésa fue mi sensación aquel día en la guardia del hospital. Todo era oscuro. Había dolor, llanto, miedo, pánico, desesperación. Un grito desde lo mas profundo de mi corazón que decía: ¡Padre mío!, ¿dónde estas?, no aguanto más tanto dolor, por favor… llévame con vos! Me quebré en llanto. Estaba muy angustiada. Llegué a pensar que todo se acababa. Que aún las promesas que Dios había hecho a mi vida se habían esfumado. Eran como algo ilusorio. Pude sentirme como Jeremías cuando cuestionaba a Dios diciéndole: ¿Por qué fue perpetuo mi dolor, y mi herida desahuciada no admitió curación? ¿Serás para mí como cosa ilusoria, como aguas que no son estables? (Jeremías 15:18). Satanás preparó todo para afligirme, debilitarme, angustiarme, tener miedo, pero por sobre todas las cosas su plan era hacerme creer que Dios me había abandonado. Ese es su objetivo, pero no debemos temer. La palabra de Dios dice que aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno y hoy puedo asegurar que esto es así, que nuestro Padre Celestial está con nosotros todos los días de nuestra vida, en todo momento, y aún en la situación mas difícil que estemos atravesando…allí esta Él! Y si permite que sucedan cosas, es para que veamos Su Gloria, para que contemplemos Su rostro, para que nuestro YO muera, nos vaciemos de nosotros mismos y nos llenemos de Su Presencia. Gloria a Dios!
Debemos tomar las pruebas como nos enseña Pablo en 1º Corintios 4:17: “Una leve tribulación momentánea que produce en nosotros un cada vez mas excelente y eterno peso de gloria". Pablo tomaba sus aflicciones como algo pasajero. Su secreto era tener la mirada mas allá, puesto los ojos en Jesús, y cuando esto sucede, no importan las circunstancias que nos rodean, porque lo que realmente importa es estar en la presencia de Dios, buscarlo a Él, y lo demás vendrá por añadidura.
Volviendo a lo que estaba contando al principio: todo seguía mal en esa guardia. Los médicos estaban alrededor mío sin saber que hacer. Poco tiempo después, ellos salieron del lugar donde yo estaba y me quede sola, cuando de golpe sentí algo muy extraño. Si lo describo podría decir que era todo el infierno junto en ese momento al lado mío. Un espíritu de muerte estaba ahí, lo sentí. Quería llevarme. Los dolores fueron aún más fuertes. Comenzó a faltarme la respiración y no podía hablar. Lo único que pude hacer es llegar a ver a mi mamá. Le hice señas como pude para que se acerque y le dije: Mamá, me muero, me muero!. Fueron segundos eternos. Como era lógico, satanás había tomado mi mente, mis emociones y no podía reaccionar. Fue el momento mas oscuro de la noche… pero algo maravilloso sucedió! Algo inesperado! El Espíritu Santo dio vida a mi espíritu y trajo a memoria una palabra que cambió por completo esa situación: una promesa que el Señor hizo a mi vida hace un año atrás diciendo: “Esta enfermedad no es para muerte, es para Vida!!” Gloria a Dios!! No puedo evitar llorar recordando ese momento. Me tomé de esa palabra. Quizás no pude declararla en voz alta porque no tenía muchas fuerzas, pero la repetí mentalmente y fue ahí cuando ese espíritu de muerte se fue, no le quedó mas opción que huir! De a poco comencé a tranquilizarme y a recuperar la respiración. Entendí que para nuestro Dios no hay nada imposible. El Espiritu Santo me hizo recordar esas palabras. Dios me salvo! Y hoy estoy viva para su Gloria!!
En el momento mas oscuro viene el amanecer, y como comencé diciendo al principio: es en ese momento que parecería que ni el resplandor de las estrellas iluminan el horizonte, en el cual la luna se esconde, las nubes lo cubren todo, la oscuridad habla por si sola. Quizás hoy sientas eso. Tal vez pensás que Dios te ha abandonado y ya se te agotaron las lágrimas. Mirá, hoy te puedo contar mi experiencia. Yo pensaba igual que vos. Creía que Él me había dejado sola y que nada iba a tener solución, pero no es así. Es una mentira de satanás. No la creas! Debemos estar seguros que Dios nos toma de su mano y que aunque el infierno te susurre en el oído no te puede tocar porque Dios te sostiene, Dios te levanta, Dios es tu escudo y protección, sus Ángeles pelean por vos. Cuando pases una prueba mirate tu mano y acordate que Él te está sosteniendo. Ya no creas más las mentiras del enemigo. No temas. Miralo a Él. Cada lágrima que derramaste no fue en vano, Él las juntó. Dios busca adoradores en espíritu y en verdad. ¿Y esto que significa? Está buscando a aquellos que son capaces de anhelar estar en Su presencia a pesar de los problemas, de las circunstancias. Son aquellos que se apasionan por Él!!. Que no pueden estar ni un minuto lejos de Él y darían aun su propia vida por estarlo… Si supiéramos y entenderíamos cuanto Él nos ama, nos gozaríamos y nos postraríamos inmediatamente a sus pies porque no podríamos soportar tanto amor. Tanto amor! Es inmenso Su amor por nosotros y es por eso que permite que sucedan cosas para que crezcamos y no nos quedemos siendo siempre esos bebes espirituales…El quiere grandes cosas para nuestras vidas, para tu vida! Créelo! Mirá mas allá y te darás cuenta que no todo esta tan oscuro porque ya comenzó a salir el primer rayo de sol que alumbrara todo el horizonte…
Que Dios te bendiga
Lucía

miércoles, 15 de agosto de 2007

Foto de Lucía


Bueno, esta soy yo...


Espero que les sea de bendicion este blog...


Besos a todos y bendiciones!!


Lucía