miércoles, 9 de abril de 2008

El renuevo de Dios

El águila es el ave que posee la mayor longevidad de su especie. Llega a vivir 70 años. Pero para llegar a esa edad, a los 40 años de vida tiene que tomar una seria decisión.
A los 40 años, sus uñas curvas y flexibles, no consiguen agarrar a las presas de las que se alimenta. Su pico alargado y punteagudo, también se curva. Apuntando contra el pecho están las alas, envejecidas y pesadas por las gruesas plumas.
¡Volar es ahora muy difícil!.
Entonces el águila, tiene sólo dos alternativas: morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará 150 días.
Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y refugiarse en un nido, próximo a una pared, donde no necesite volar. Entonces, apenas encuentra ese lugar, el águila comienza a golpear con su pico la pared, hasta conseguir arrancárselo.
Apenas lo arranca, debe esperar a que nazca un nuevo pico con el cual después, va a arrancar sus viejas uñas.
Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, prosigue arrancando sus viejas plumas. Y después de cinco meses, sale victorioso para su famoso vuelo de renovación y de revivir, y así dispone de 30 años más.
¿No te resulta conocida esta historia?, ¿de quién estamos hablando?, ¿solo del águila? ¿O de nosotros?..
A veces nos sucede lo mismo. Pasamos por aflicciones, momentos de dolor (no hablo solamente de dolor físico, sino del dolor emocional). Intentamos atravesar muros muy altos, pero no podemos, ya que nuestras fuerzas, en un determinado momento, se acaban.
Nos afligimos, dejamos entrar el temor en nuestro corazón y es por eso que nos quedan dos alternativas: “morir” o dejarnos tratar por el Señor para que El Renueve por completo nuestras vidas. ¡Y si que ese trato es duro!, ya que uno debe entregarse por completo a lo que Dios quiera hacer, renunciar a nuestros propios deseos, y vivir bajo Su voluntad… una vida en Santidad.
¿Pero sabes que? Cuanto más alto subamos al “monte”, como el águila, es decir: cuanto más busquemos la presencia de Dios y anhelemos día tras día conocer mas de El, podremos darnos cuenta que por la única razón que lo hace es por AMOR. El te ama mucho más de lo que tu razón y lógica puede entender. Su amor no se limita. Su amor sobrepasa todo entendimiento. ¡Te ama sin condiciones!.
Y es El quien te enseñará, te acobijará y te consolará mientras pases por ese proceso de renovación.
Solo debes hacer una sola cosa: refugiarte en Su “nido” y luego esperar. ¡Si!, ¡esperar! porque dice Su palabra que los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantaran alas como las águilas.
¿Estás listo para el renuevo de Dios en tu vida?.


1 comentario:

• Jessie • dijo...

Vaya! yo no sabía este dato de las águilas, ahora comprendo mejor el versículo de "...levantaran sus alas como las águilas..." que bonito y real ejemplo. Me gustó mucho Lucy. Gracias!