viernes, 11 de abril de 2008

La perla...

En la parte interna de la ostra se encuentra una sustancia lustrosa llamada nácar. Cuando un grano de arena penetra, las células del nácar comienzan a trabajar y cubren el grano de arena con capas y más capas, para proteger el cuerpo indefenso de la Ostra.
Las perlas son productos del dolor; resultados de la entrada de una sustancia extraña o indeseable en el interior de la ostra, como un parásito o un grano de arena.
Como resultado, una linda perla se va formando.
Una ostra que no fue herida, de algún modo, no produce perlas, pues las perlas son heridas cicatrizadas. Las perlas son heridas y curadas.
¿Cuantas veces sentimos dolor? ¿Cuántas veces lloramos? ¿Cuántas veces nos agotamos ?
¿Alguna vez te sentiste así? Pues, quiero darte una buena noticia: así como una ostra debe ser herida para poder producir perlas, todo ese dolor que alguna vez sentiste o estas sintiendo es porque Dios esta formando en vos una perla preciosa. Déjate ser moldeado, ya que las perlas son herias curadas!.

1 comentario:

Isa dijo...

¡Me encantó tu reflexión! muy cierta, pero difícil de aceptar cuando estamos inmersos en el dolor.
Por cierto, observé una foto, ¿eres tú? ¡wow! ¡preciosa que eres!
Cuántas cualidades para tan preciosa niña.
Bendiciones de nuestro Señor querida Lucy.